El apego: qué es y cómo influye en nuestra vida

manos de bebe entrelazadas con adulto

Seguramente habrás oído muchas veces la palabra apego. Pero, ¿sabes bien lo que significa? Y lo más importante: ¿sabes qué implicaciones tiene en tu vida cotidiana? Te invito a que te quedes leyendo este post, te ayudará a conocerlo (y a conocerte) un poco más.

Repasemos un poco la historia (sin aburrirte, lo prometo). Podemos considerar a John Bowlby como el padre de la teoría del apego. Lo definía como la tendencia de los seres humanos a crear fuertes lazos afectivos con los demás. Al estudiarlo, encontró una forma de explicar distintos estados emocionales como la angustia, la depresión, la ira, el miedo al abandono o la ansiedad. Esto empieza a darnos pistas interesantes: si sé de qué va esto del apego, es posible que entienda mejor mis sentimientos.

Y además de un padre, el concepto de apego tiene también una madre: Mary Ainsworth. A través de sus investigaciones esta psicóloga descubrió que había diferentes estilos de apego, es decir, diferentes formas de crear esos lazos afectivos de los que hablaba Bowlby. Y esto nos deja otra pista importante: si conozco mi estilo de apego, tendré más información sobre cómo me relaciono con los demás.  

Resumen: sabemos que el apego nos da un molde con información sobre cómo nos relacionamos con nosotros mismos y cómo nos relacionamos con los demás. Y sabemos también que ese molde puede tener distintas formas; diferentes moldes = diferentes estilos de apego.

El apego: ¿una elección o una necesidad vital?

Y ahora, repasemos lo que pasa en el día a día. Suelo preguntar a las personas que vienen a terapia qué entienden por esto de los apegos. Y la mayoría responde en la línea de lo que explicaba Bowlby: hablan de coger cariño a la gente, a las cosas, a sus animales de compañía, hablan de vínculos, de amor, de crianza… Pero lo que casi nadie sabe es que el apego es una necesidad biológica imprescindible para la supervivencia. Al comienzo de nuestra vida es prioritario, incluso por delante de la alimentación. Es decir, si un niño tiene que elegir entre comer o vincularse, elegirá esto último.

Por tanto, el apego no es un capricho o una elección. Para las personas, no es posible no apegarnos. Por eso es tan importante conocernos un poco más en este aspecto tan importante de nuestra vida.

¿Y cómo se forman nuestros vínculos, nuestros apegos? Es posible que lo que has leído hasta aquí te haya despertado la curiosidad sobre ese molde desde el cual has aprendido a vincularte. Y puede que te preguntes: “si es algo crucial en mi vida, tendré que saber cómo está el mío y qué factores han influido en él”.

Las tres ideas básicas que debes conocer sobre el apego

  1. No es un rasgo hereditario.
  2. La formación de nuestro apego es un proceso de aprendizaje. No viene determinado por un evento concreto en un momento determinado. Se forma a partir de las primeras relaciones con nuestros cuidadores, del tipo de crianza que recibimos. Este aspecto es clave en la formación de nuestra autoestima y en cómo aprendemos a afrontar situaciones complicadas en nuestra infancia.
  3. El apego se puede reparar. 

Como experto en apego, he trabajado con muchas personas que han descubierto en su psicoterapia aspectos de sí mismas que desconocían. Y este conocimiento les ha permitido entender el por qué de su ansiedad, de su ruptura de pareja, de su baja autoestima o de su estrés en el trabajo.

No podemos cambiar aquello que desconocemos. Por eso, el primer paso para modificar nuestros patrones de funcionamiento es conocerlos. Y esa es la llave que ha permitido a todas estas personas a través de la psicoterapia incrementar notablemente su calidad de vida emocional.

Si has llegado hasta aquí y algo de lo que has leído en esta entrada te ha llamado la atención o te sientes reflejado/a en ello, te invito a que contactes con Grama Psicología. Estamos a tu disposición porque queremos ayudarte a mejorar tu vida.

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