Hace unos meses la futbolista profesional Leticia Méndez anunciaba su retirada temporal del deporte profesional. Sufre un trastorno de la conducta alimentaria, algo que, según ella misma explica, es incompatible con la elevada exigencia del deporte de alta competición.
En esta entrevista nos habla de esto y de otros temas muy interesantes: sus inicios en el deporte, el papel de las familias, la escasez de psicólogos y psicólogas del deporte…
Muchas gracias Leticia por compartir tu testimonio y ayudar de esta forma a que mucha gente tome consciencia de la importancia de cuidar la salud mental en el deporte.
– Leticia, cuéntanos cómo ha sido tu trayectoria deportiva desde los inicios hasta ahora.
Pues empecé desde muy pequeñita jugando al fútbol porque yo tengo dos hermanos mayores y siempre jugaba con ellos al fútbol.
Con 7 años me apuntaron mis padres al equipo del barrio con mis amigos, se llamaba ´´La esperanza´´ y allí estuve jugando hasta los 10 años ya que ya con esa edad no se podía ya jugar en equipos mixtos.
Me fichó el Atlético de Madrid femenino, con 15 años debuté con el primer equipo y estuve en el primer equipo hasta los 19, que fue cuando me fui al Levante; en el Levante estuve 3 temporadas y fueron de mis mejores años deportivos.
Después me volví a Madrid y jugué en el Madrid CFF durante 2 temporadas.
Del Madrid CFF me fui al Málaga donde a nivel personal fue muy buen año pero a nivel deportivo no ya que no conseguimos la permanencia.
De allí me fui al Logroño donde estuve dos años y por último el Sporting de Huelva, que fue la temporada pasada.
Estuve en todas las categorías inferiores de la Selección Española de Fútbol, incluso llegué a ir a la absoluta cuando estaba en el Levante.
– ¿Qué te motivó para acercarte al mundo del deporte cuando empezaste a practicarlo?
Pues principalmente el tener dos hermanos mayores y estar todo el día jugando al fútbol, siempre me han dicho que nací con un balón debajo del brazo y pienso que es tal cual.
Desde muy pequeña tuve claro que quería ser futbolista y que haría hasta lo imposible por conseguirlo.
– En base a tu experiencia, ¿qué le dirías a una niña o un niño que se esté planteando apuntarse a algún deporte?
Que adelante, al final el deporte en general da muchísimos valores, te enseña muchas cosas que se aplican en la vida.
Para llegar a conseguir tu sueño hay que trabajar muy duro y habrá momentos malos y momentos buenos como pasa en la vida y sea una cosa u otra hay que seguir trabajando. Y que si tienes un sueño, que se luche por él.
El deporte de élite es muy duro y también muy satisfactorio
– ¿Y qué consejos darías a alguien que esté a las puertas del deporte profesional?
El deporte de élite es muy duro y también muy satisfactorio.
Diría que tienen que tener muy claro que se necesita mucho sacrificio y mucha fuerza de voluntad ya que tienes que dejar muchas cosas de lado para poder rendir al máximo nivel, y si eso no lo tienes claro a nivel mental es muy difícil aguantar ya que vendrá momentos malos en los que no saldrán las cosas como queremos y tendremos que apretar aún más en todos los sentidos. Y vendrán momentos buenos y muy buenos en los que tenemos que estar rodeados de las personas adecuadas para que nos sepan poner los pies en el suelo y que no bajemos los brazos ni nos conformemos.
A nivel formativo es muy importante que los padres dejen disfrutar a los niños
– ¿Cuál crees que debe ser el papel de las familias tanto en el deporte formativo como en el profesional?
Para mí el papel de las familias es primordial, porque eso puede tanto ayudar como perjudicar a un niño/a que puede estar empezando o uno/a que esté a nivel profesional.
A nivel formativo es muy importante que los padres dejen disfrutar a los niños, que sepan aconsejarles y no les exijan más de la cuenta, porque eso puede saturar mucho al niño/a y pueden hacer que se frustre mucho.
Y a nivel profesional, los padres creo que tiene que apoyar mucho al jugador cuando esté pasando por momentos complicados pero haciéndole ver que la única manera de cambiar esa situación es trabajando, que al final todo llega con trabajo
Y cuando la situación es buena, parece que ahí no hay que dar ningún tipo de consejo pero yo pienso que sí porque también tiene que saber ponerle los pies en el suelo para que siga trabajando incluso más, para que ese buen momento se extienda en el tiempo y no sea algo pasajero.
La exigencia por un físico perfecto y por estar en mi peso adecuado me llevó a que solo se solucionase mi estado de ánimo con la comida
– ¿En qué momento te diste cuenta de que estabas sufriendo a nivel emocional?
Hace muchos años, cuando yo tenía 18 años, falleció mi madre y para mí eso fue un golpe emocional muy fuerte, era muy joven y tuve que madurar muy rápido sin pasar por diferentes procesos y eso me hizo centrarme mucho en mi alrededor y no pensar en mí o cómo estaba yo. Obviamente yo no era consciente de esa situación y pensaba que todo pasaría, el fútbol me ayudó mucho porque era mi fuente de distracción pero también me perjudicó, en el sentido de que ya estaba a nivel profesional y la exigencia por un físico perfecto y por estar en mi peso adecuado me llevó a que solo se solucionase mi estado de ánimo con la comida.
Al final cuando en el fútbol algo me iba mal recurría a la comida y en lo personal cuando algo me iba mal también.
– ¿Y cuándo sentiste que tu estado de ánimo estaba afectando a tu rendimiento?
Eso realmente no me di cuenta hasta muchos años después ya que no era consciente de ese problema que tenía con la comida, porque por regla general a mí me gustaba cuidarme, lo único que veía que cuando estaba triste o me iba algo mal tenía atracones de comida y era la única forma de que me sintiese mejor en un corto espacio de tiempo.
Quiero ayudar a las personas que lo sufren e intentar que no esperen tantos años como yo esperé para pedir ayuda
– ¿Qué te ha llevado a hacer público tu proceso personal?
Pues primero el hecho de estar tantos años sin decirlo o sin ser yo consciente y el haber sufrido en silencio tanto tiempo.
Segundo, por dar visibilidad al TCA y que todo el mundo sepa que hay muchos casos, pero si no se habla nunca se va a poner remedio.
Tercero porque quiero ayudar a las personas que lo sufren e intentar que no esperen tantos años como yo espere para pedir ayuda, porque cuanto más se tarda en pedir ayuda más grave se hace y más cuesta luego curarse.
El psicólogo deportivo en el deporte profesional y en el formativo
– ¿Qué crees que tiene que aportar un entrenador o entrenadora a una deportista que está sufriendo problemas anímicos, como te ocurrió a ti?
Ese es un problema que he visto, que al final para los entrenadores/as los jugadores somos robot que no podemos tener problemas anímicos o problemas personales y que si los tenemos no valemos para nuestra profesión, y pienso que se tiene que ser más humano y si se consigue que ese jugador/a esté anímicamente bien o se solucione el problema que tiene puede rendir a su máximo nivel.
Por lo tanto pienso que un entrenador/a también tiene que saber gestionar a los jugadores/as, saber si les ocurre algo, preguntar cómo están y si tiene un problema ayudarles y no dejarles de lado, parece muy importante esta parte.
– Y sobre el papel del psicólogo deportivo, ¿crees que tiene suficiente presencia a día de hoy en el deporte profesional y en el formativo?
No, pienso que tiene muy poca presencia y si en algún momento la tiene es para aconsejar o ayudar en el rendimiento no para solucionar problemas emocionales o problemas como el TCA que es mi caso.
Yo he tenido que buscar psicólogos fuera del ámbito del deporte porque primero no teníamos y segundo porque tampoco me querían ayudar. Para ellos no servía en mi profesión al tener ese problema.
Para que un deportista esté en una condición óptima para rendir, mentalmente y físicamente tiene que estar bien.
– ¿Cómo crees que se podría mejorar el abordaje de la salud mental en el deporte?
Pues creo que abordándolo desde todos los ámbitos, es decir, para que un deportista esté en una condición óptima para rendir, mentalmente y físicamente tiene que estar bien.
Si una de las dos falla, no va a rendir nunca al 100 % y al final todos somos personas y todos tenemos problemas y si un jugador tiene un problema en concreto hay que ayudarle a solucionar ese problema, sea cual sea y no pensar sólo en que tiene que rendir ya mismo de la manera que sea porque eso puede perjudicar mucho al jugador y hacer que se agrave más el problema.
– ¿Te arrepientes de algo relativo a tu carrera profesional?
No, en lo único que puedo arrepentirme es en no haber pedido ayuda antes respecto a mi problema con el TCA y estar en condiciones óptimas para rendir a máximo nivel y ver hasta donde hubiese podido llegar.
– ¿Crees que la elevada exigencia del deporte de alta competición puede dejar secuelas en los deportistas una vez terminan su carrera profesional?
Sí, claro que puede dejar secuelas, al final estás al nivel máximo durante muchos años de tu vida, pasas por momentos buenos y por momentos malos y en mi caso, por ejemplo, no sé cuándo estaré bien o conseguiré estar físicamente bien o si podré volver a jugar porque al final dejarlo mucho tiempo en el máximo nivel, luego es complicado volver. No sé si me quedará alguna secuela física o si a nivel mental estaré capacitada para volver a esa exigencia y que pueda volver a recaer, al final son muchas cosas que pueden quedar una vez que se deje la carrera profesional.
– Por último Leticia, ¿te imaginas tu futuro profesional ligado al deporte?
Seguiré ligada al deporte, pero de otra manera, me gustaría trabajar en algo relacionado con gimnasios, ser entrenador personal, toda esa parte me gusta mucho ya que me encanta el deporte y es en lo que me estoy enfocando.
Referencias y recursos: