Si crees en San Valentín, regálate una (buena) terapia de pareja

Terapia de pareja

Desde que el mundo es mundo el amor se ha considerado uno de los motores fundamentales del comportamiento humano. Y, claro está, la cara oculta del amor es el desamor. No podrían existir el uno sin el otro.

Mientras divagamos sobre el amor, el desamor, los tipos de amor… Aparece San Valentín, con cupido como inseparable compañero de fatigas. Cuando sus flechas aciertan, se nos presenta la cara luminosa de este día (los regalos, las parejas sonrientes, las celebraciones…); pero a menudo esas mismas flechas se desvían y duelen, dejando a la vista el desamor (los conflictos, la pasión que se apaga, las rupturas que se vienen…). 

Esta cara oculta no la verás en la televisión ni en las redes sociales. Pero en terapia vemos cómo el Día de San Valentín activa sentimientos difíciles en muchas personas con respecto a la pareja: tanto quienes la tienen como quienes no y la añoran o quien revive el dolor de alguna ruptura dolorosa. 

Y, oh, ¿sorpresa?, no es raro que algunas parejas o personas individualmente inicien terapia justo después del día de los enamorados. 

¿A qué vienen las personas a terapia de pareja?

Los motivos más frecuentes son:

  • A resolver conflictos de pareja (obvio)
  • A tratar cuestiones relacionadas con la crianza cuando hay hijos/as
  • A trabajar una comunicación sana y eficaz
  • A tratar la relación con las respectivas familias de origen
  • A recibir ayuda para tomar decisiones 
  • A abordar dificultades relacionadas con la sexualidad
  • A afrontar la ruptura de la pareja

A algunas personas les resulta extraña esta última idea de ir a terapia a separarse, pero es una opción viable y habitual. Cuando el vínculo en una pareja está muy dañado es preferible una “buena” ruptura que mil “malas” reconciliaciones.

¿Y cuándo no es aconsejable una terapia de pareja?

  • Cuando hay una diferencia muy clara en la motivación de ambas personas hacia la terapia (probablemente se convertirá en una ratonera para el menos motivado).
  • Cuando es una imposición de una de las partes (que terminará por usar la terapia como arma arrojadiza).
  • Cuando después de la evaluación el o la profesional valora que es más aconsejable que una de las partes (o las dos) inicien procesos de terapia individual.
  • Cuando una de las partes está ejerciendo violencia (verbal, psicológica y/o física) sobre la otra.

Como ves, hay muchos motivos para iniciar una terapia de pareja y algunas ideas sobre cuándo no es recomendable. En este último caso, la terapia individual también puede ser un buen recurso para abordar cuestiones relativas a la pareja sin la pareja. Este trabajo nos ayudará a ver la parte de responsabilidad personal y también los recursos que tenemos para afrontar las dificultades que nos estemos encontrando en nuestra relación afectiva.

En resumen, que antes de que alguien venga a regalarte crisantemos en el día de San Valentín*, regálate una terapia que te ayude a entender y resolver lo que está pasando en tu pareja.

Si este es tu caso, ponte en contacto con Grama Psicología.

* Canción “Otros como yo” (091)

Referencias y recursos:

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